Hoteles de playa en Koroni

El personal fue muy amenable.

Me he alojado en otros hoteles denominados "boutique", pero realmente no todos merecen ese nombre. En el caso del Diana, en Koroni, está más que justificado. Desde la situación del propio hotel hasta los detalles en la habitación, todo contribuye a generar una experiencia encantadora. El balcón con las vistas al puerto y el mar Jónico a apenas veinte pasos, las amenities con secador y zapatillas incluidas, la cortesía de la botella de agua fría a la llegada (que es muy común en Grecia y lamentablemente se va perdiendo) y la disposición de té, café soluble, infusiones, miel, crema de leche y galletitas junto al hervidor de agua,... El diseño de la habitación aprovecha cada rincón de la pequeña estancia de manera elegante; incluso hay un tendedero plegable en el que puedes poner a secar toallas y bañadores. Hay enchufes suficientes y las cortinas dobles son muy eficaces para dar privacidad y evitar que la luz del amanecer te despierte antes de tiempo. El hotel tiene solo ocho habitaciones, con lo que es muy tranquilo. Por otra parte, está a unos dos minutos caminando de la parada del autobús y rodeado de tiendas y tabernas. A la izquierda, caminando unos diez minutos, hay una pequeña playa. A la derecha, subiendo hasta el castillo, está la parte histórica y un poco más allá la playa Zagga, donde desovan las tortugas. Como dato importante para personas con movilidad reducida: en el hotel te ayudan a subir las maletas, pero no hay ascensor.