
De
EspañaProbablemente lo más destacado de este alojamiento es Iskander. Entre otras cosas nos pagó el taxi que estuvo a punto de timarnos, nos acompañó a comprar comida ya entrada la noche, nos recomendó muchos sitios que visitar, se hizo cargo de nuestras maletas después del check-out hasta que nos fuimos de la ciudad y nos dio mucha conversación. Se nota que tiene muy trillado el mundo del turisteo; en cada habitación hay una carpeta con todo tipo de información de Samarcanda: donde comer bien y barato, excursiones extras que organiza el mismo, e incluso ofrecía un curso de comida uzbeca en la casa. En general, fue una experiencia muy distinta a quedarse en un hotel cualquiera. Por lo demás, las habitaciones estaban bien, y el desayuno que nos ofrecieron estaba bastante rico.