
De
EspañaToda una experiencia. La amabilidad y atención que nos regalaron nuestros anfitriones. Nos sentimos cuidados, y muy cómodos.
La sesión de shiatsu después de desayunar de las manos de la Diosa Nadine, descansar en la red después de nadar y refrescarse. Sentarme a la mesa sin tener que pensar y degustar un menú perfecto, cuidado al detalle. Un gran chef Charles. Ver a tu familia sumergirse en estos placeres no tiene precio. Tendríamos que haberlo hecho más veces, pero también había que salir a disfrutar de la playa y el pueblo.
Muy recomendable comer y cenar a bordo.
Todos disfrutamos como niños, y mi hija se lo pasó genial. El pueblo tiene a gente muy amable, muchísima vida y variedad de restaurantes con buena relación calidad precio.
Fueron 4 días de fantasía. Todo lleno de encanto.
Repetiremos navegando.