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Reseña de Casa Blanca en Dzilam de Bravo, Yucatán Recientemente tuve el placer de visitar Casa Blanca en Dzilam de Bravo, y no puedo dejar de recomendar este encantador rincón del sureste mexicano. Desde el momento en que llegamos, nos recibió un ambiente cálido y acogedor que nos hizo sentir como en casa. La ubicación es simplemente espectacular. Situada cerca de la costa, Casa Blanca ofrece vistas impresionantes del mar y un acceso fácil a las hermosas playas de la zona. La tranquilidad del entorno es perfecta para desconectar del bullicio de la vida cotidiana y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. Las instalaciones son impecables. Las habitaciones están decoradas con un estilo auténtico y acogedor, combinando elementos tradicionales y modernos. Cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para brindar comodidad y un ambiente relajante. Además, la limpieza es excepcional, lo que siempre es un punto a favor. Uno de los aspectos más destacados de nuestra estancia fue la atención al cliente. El personal de Casa Blanca es increíblemente amable y servicial, siempre dispuesto a ofrecer recomendaciones sobre actividades locales, restaurantes y lugares de interés. Su hospitalidad realmente hizo la diferencia en nuestra experiencia. La oferta gastronómica también merece una mención especial. Disfrutamos de deliciosos platillos locales que reflejan la rica cultura culinaria de Yucatán. Cada comida fue una experiencia única, llena de sabores auténticos que nos dejaron con ganas de más. Además, la cercanía a lugares de interés turístico como cenotes, ruinas mayas y encantadores pueblos coloniales hace de Casa Blanca un punto de partida ideal para explorar la región. Sin duda, hay algo para todos los gustos. En resumen, Casa Blanca en Dzilam de Bravo es el lugar perfecto para aquellos que buscan una escapada tranquila y auténtica en Yucatán. Su combinación de belleza natural, atención excepcional y deliciosa gastronomía la convierte en un destino...

Es un lugar muy bonito, al lado del mar. Los anfitriones super amables

Muy amables todo el personal, siempre atentos a los que necesitabamos

La casa es amplia limpia cómoda y la recamara principal está bastante grande y comoda

Recorrer la Hacienda en bicicleta, temprano por la mañana, es una delicia. La arquitectura de cada espacio ha sido restaurado manteniendo el estilo original. Las habitaciones son muy lindas, cada una es diferente y tienen su propio encanto. Se vive una atmósfera de tranquilidad y de armonía, no hay como pasar unos días rodeados de historia, de naturaleza y comiendo delicioso en el mismo restaurante de la Hacienda. Cuenta con un taller de cerámica en donde encuentras piezas únicas. Además, está muy cerca de playas hermosas como Santa Clara o San Crisanto, y también se puede llegar fácilmente a sitios de interés como Valladolid o Ek Balám. Todo el staff es sumamente amable, siempre con la disposición para solucionar cualquier detalle que surja. Lo recomiendo al 100%; regresaría sin dudarlo, fue una experiencia muy especial, una grata sorpresa.

El lugar es muy acogedor, muy amable la gente y relajado

La casa es muy cómoda La.playa no tanto pero esto es algo que cambia diariamente en cualq2uier playa ,la verdad muy bonito y comodo ademas o hay clubs muy cerca ...vale la pena, la alberca excelente , igual que la cocina , la terraza fenomenal para ver las estrellas

De la casa no nos gustó nada. Muy mala experiencia.