Es un lugar que vale la pena ir a conocer. La amabilidad y hospitalidad de los anfitriones es genial. Y sobre todo es muy bonito todo. El ambiente, la naturaleza, el sonido del agua. Una belleza de lugar.
La ubicacion me parecio buena, para estar en la naturaleza. Queda a 35 min de barrio la Candelaria que es centro historico
Es un hotel tipo campestre dentro de Bogotá. Es como quedarse en una hermosa finca en medio de la naturaleza con toda la paz y tranquilidad que eso conlleva. La comida es excelente y la amabilidad de los dueños te hace sentir en familia, en vez de en un frío hotel de ciudad como tantos otros. Excelente para una buena noche de descanso.
Hermooooooosooo, la ubicación, el contacto con la Naturaleza, fue como estar en la mera selva pero con todas las comodidades, una experiencia INOLVIDABLE Yari y Fabian una nota, nos acompañaron haciendo vueltas, nos ayudaron a planificar el itinerario y realmente son seres humanos con una Gran calidad Humana, aparte que Comimos Riquísimo, un 20 de 10 🤤🤤🤤 por un precio increíble, recomendamos ampliamente la experiencia y nosotros vamos a volver SEGURO!!
El hotel estaba bonito en general, había mucha naturaleza al interior y exterior, bellas plantas. La habitación y baño eran amplios y cómodos. Incluían amenities como shampoo, acondicionador y jabón. La cama era grande y cómoda. Pagamos el desayuno, que estaba bastante completo. Además nos permitieron check out tardío sin costo extra.
La comida es fresca y orgánica, se siente que traída del campo y sin muchos procesados. La ubicación es excelente, cercana a restaurantes deliciosos. Las instalaciones son muy aseadas y cómodas para descansar.
Me encantó la hospitalidad de las personas que atendían el lugar, estuvieron muy pendientes de los requerimientos de los huéspedes en especial porque eran personas que venían de la ruralidad y se sintieron como en casa.