El hotel es bonito. Adecuado para niños puesto que tiene una granja de animales y está en plena naturaleza. Tiene cerca el pueblo de Stavroupoli que tiene mucho encanto, es muy tranquilo y con suficientes tabernas para comer/cenar o tomar algo. La relación calidad/precio es inadecuada sobretodo pq aunque se supone dispone de piscina, cd nosotros estuvimos hace una semana no funcionaba y no se nos avisó de ésto al hacer la reserva. El desayuno poco trabajado y sin amor. El pan por ejemplo estaba seco y apenas había fruta.