Casa en Tilcara con vistas únicas – Naturaleza, descanso y tranquilidad Ubicada en una zona privilegiada de Tilcara, nuestra casa es el refugio ideal para quienes buscan desconectar y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Rodeada por imponentes cerros y paisajes típicos de la Quebrada de Humahuaca, ofrece una experiencia de descanso única en un entorno silencioso y relajante. El alojamiento combina el confort necesario con un estilo rústico y acogedor. Desde la galería o el patio podés contemplar amaneceres increíbles, cielos estrellados y una vista panorámica que invita a la contemplación. Es perfecta tanto para parejas como para familias o viajeros solitarios que valoren la tranquilidad, el aire puro y el contacto con la cultura jujeña. A pocos minutos del centro de Tilcara, pero lo suficientemente alejada del ruido, esta casa es un verdadero paraíso para descansar después de un día explorando los paisajes, mercados y senderos de la región.

Persona amable, sencilla y muy atenta, que abre las puertas de su casa con la única intención de que quienes la visiten puedan disfrutarla tanto como ella. Su mayor deseo es que te sientas cómodo, tranquilo y en conexión con la belleza del lugar. Siempre dispuesta a ayudar en lo que necesites, Miriam respeta tu privacidad, pero también a través de cualquier red de comunicación intentara hacer lo posible por brindarte asesoramiento o ayuda en tu estadía. Su trato cordial y su amor por Tilcara se sienten en cada rincón de la casa.

La casa se encuentra en un barrio rústico y encantador de Tilcara, rodeado de cerros y paisajes que parecen sacados de una postal. Es una zona muy tranquila, ideal para descansar y disfrutar del silencio, el cielo limpio y la naturaleza bien cerca. A pesar de su entorno natural y su aire de pueblo, el barrio cuenta con todos los servicios esenciales a mano: comercios, transporte, asistencia local y buenos accesos al centro de Tilcara. Es un lugar seguro y amigable, donde podés dejar el auto estacionado en la calle sin preocupaciones, incluso durante la noche. Caminar por sus calles de tierra, con vistas a los cerros y saludos de vecinos, es parte de la experiencia auténtica que ofrece este rincón de la Quebrada.