En San Francisco del Monte de Oro, el pasado y la naturaleza convergen para crear una experiencia inolvidable. La cabaña está construida sobre canteras naturales de cuarzo, rodeada de palmeras Caranday, con fondo serrano y vista al Dique Las Palmeras, que se encuentra a 2 km. A unos 1000 metros hay tres profundas y grandes ollas para bañarse. La planta baja está diseñada para tener una amplia y excelente vista del exterior y se encuentra integrada por un gran espacio de living comedor y cocina, y baño completo. Hay equipamiento básico para cocinar, heladera y cocina con horno. En la planta alta se encuentran los dormitorios, uno con cama matrimonial y otro con dos camas individuales. El exterior está preparado para disfrutarlo y pasar tiempo allí, con mesa y banquetas para las comidas, la lectura y el descanso. Hay TV, calefacción a leña y WIFI, que suele funcionar con intermitencias lógicas por la lejanía con las antenas. También hay un lugar para dejar tu auto protegido del sol y las lluvias. Aunque lo más importante está asegurado: conexión con la naturaleza, comodidad, buena infraestructura, y un paisaje donde las horas pasan lentas y apacibles.

San Francisco del Monte de Oro, en la provincia de San Luis, es un paraje cautivador del noroeste argentino. Emplazado en un valle y rodeado de una naturaleza exuberante, ofrece una mezcla única de belleza escénica y patrimonio histórico. Sus imponentes sierras, saltos, balnearios naturales, cascadas, lagunas y ríos invitan a la aventura y al ecoturismo. También al descanso, por supuesto, y a la conexión absoluta con la naturaleza. El pueblo resplandece de encanto colonial, con calles empedradas y antiguas construcciones de adobe. El circuito cultural recorre su historia y tradiciones a través de museos y edificios. Además de su entorno natural y cultural, las antiguas minas de oro y plata añaden un toque de misterio y nostalgia. Francisco del Monte de Oro se extiende en la zona norte de la provincia de San Luis, es el municipio cabecera del departamento Ayacucho y, cada año, conquista a múltiples visitantes de distintas procedencias. Está emplazado en un valle, al pie de las sierras de Michilingüe, con una altitud media de 796 msnm, entre frutales que dominan sus alrededores, molles, algarrobos y palmeras caranday. Nacido en medio de un valle, surcado por ríos, y rodeado por las Sierras Centrales y las de Socoscora, este poblado cautivante invita a ser protagonista de aventuradas actividades en escenarios de inimaginable hermosura.