Soy Prisilla, mamá, emprendedora social, y alma tripartida entre Venezuela, Alemania y Galicia. Me apasiona el crecimiento personal, la productividad organizacional y soy una devoradora de libros.

Nuestro hogar, que hemos ido equipando con mucho mimo y amor, es un un remanso de paz engarzado entre las arenas de Area Brava y una cala recóndita. Anclada a orillas de la ría de Aldán, en nuestra casa se funden tierra, cielo y mar para forjar luminosos recuerdos familiares y lazos que duren toda una vida... déjate arrullar por el rumor del Atlántico y nuestra hospitalidad: ya no te abandonarán nunca. Desde el instante en que descubrimos el porte adusto de la construcción original, relicto de una antigua piscifactoría, fuimos conscientes de lo incomparable de su ubicación y de sus posibilidades. Hoy es un espacio moderno, confortable, vibrante de luz y de vida familiar: un hogar donde nos sentimos afortunados de vivir y que estamos orgullosos de enseñar. La casa alberga 100 m2 de espacio habitable y está rodeada de 300 m2 de jardín. Consta de tres dormitorios, dos cuartos de baño (uno in-suite), cocina, dos comedores –uno interior y otro exterior — y una espléndida sala de estar. En total, puede alojar hasta a doce personas, mientras que el aparcamiento puede albergar un mínimo de cinco coches. La logística no será un problema durante tus vacaciones.

Estamos en la costa de Galicia, en las Rías Baixas. Aquí, el furor del Atlántico se difumina entre el verde de los montes y el relieve cariñoso del suelo, contraste del azul ubicuo de las rías. Da igual cuánto insistas, para nosotros no hay nada más bonito en el mundo –llueva, o no llueva. Sin embargo, también estás en el centro de lo que a los lugareños nos gusta llamar con humor la Baja Galifornia: un área geográfica difícil de precisar bendecida por un microclima mucho más caluroso y soleado que el del resto de Galicia. Aquí, el verano y los días playa se prolongan hasta principios de octubre, y, aunque difíciles de predecir, suelen encadenarse períodos de hasta dos o tres semanas de días soleados, con temperaturas por encima de los 25℃ durante el día y noches casi tropicales. O igual caen chuzos de punta. Por eso, nuestra palabra favorita es «depende». Venid preparados para todo, por si acaso.