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Los amantes del mar y del buen clima, encuentran en esta casa su pequeño paraíso. Un gran porche y una terraza cubierta envuelven este majestuoso chalet, invitándoles a disfrutar de unos ricos desayunos o unas agradables veladas cenando todos juntos esas exquisitas recetas elaboradas a la brasa de la barbacoa. De hecho, cualquier momento que nuestros huéspedes pasan en los exteriores, va siempre acompañado de una gran sensación de calma, gracias al sencillo y acogedor jardín de tierra y árboles que les rodea, donde además los pequeños de la familia pueden divertirse mucho. La propiedad está vallada y hay vecinos pero se trata de un lugar que desprende mucha paz. Los interiores, amplios y sencillos, se disponen todos en una sola altura. Al entrar, encuentran una gran sala-comedor, donde dos sofás, dos sillones, unos libros y una televisión están listos para concederles el placer de una buena lectura o de una intrigante película. Esta estancia centra toda su atención y carácter en una gran chimenea decorativa y se abre paso hacia la cocina, equipada para cocinar como en casa en la vitrocerámica o en el horno y, si lo prefieren, comer aquí mismo.

La urbanización de Sa Ràpita es conocida por su tranquilidad y su paradisíaca playa, de arena fina y aguas cristalinas y turquesas, situada a solamente 2.4 km de la propiedad. Toda la zona en sí es una verdadera joya natural ya que, bordeando la costa, hay muchas otras playas de ensueño como Es Trenc o Cala Pi. En la playa de Es Trenc, hay varios chiringuitos al lado del mar, donde en muchas ocasiones hay música en directo para las tardes de verano. El pueblo les ofrece tiendas de comestibles, cafés y algunos restaurantes con vistas al Mediterráneo. Sin embargo, si les apetece comer o cenar pescado fresco y marisco, el lugar ideal es el pueblo pesquero de Colonia de Sant Jordi.