Esta es la singular historia del nacimiento de un lugar de ensueño en el corazón de la comarca zamorana de Sanabria muy cerca de las orillas privilegiadas de su lago transparente. Cuenta la leyenda que allá por el año de 1293 el ángel de la Montaña convocó a la sutil multitud de criaturas que poblaban esta región para encomendarles la muy especial tarea de construir un refugio donde los corazones de los hombres encontrasen reposo y consuelo. Así, en medio del círculo de acebos centenarios que hoy todavía se conservan floreciendo estación tras estación el Ángel alzó su brazo sobre los gnomos de las tierras profundas, sobre las ondinas amarillas y azules de las corrientes de la región, sobre las salamandras guardianas de los fuegos ignorados y profundos y sobre los silfos de canciones dormidas; el pueblo invisible se acomodó sobre el botón de oro que alfombraba el círculo y escucharon el especial mandato : “Criaturas de los cuatro elementos, vosotros que tenéis el poder de reunir las fuerzas humanas y divinas acercaréis a un hermoso prado de la localidad de Sampil, la piedra más pura de las canteras, las maderas recias de los robles y de los castaños que nos sirven, las aguas t

Los alojamientos están construidos sobre lo que fue una antigua casa de labranza, con mas de 400 años de antigüedad. Sus antiguas paredes de piedra, trasmiten la sabiduría del hacer de aquellas gentes, que poco a poco y paso a paso construían sus estancias con sentido común, utilizando los materiales nobles de la zona. La piedra y la madera principalmente. El resultado transmites sensaciones de paz y armonía junto con el entorno de los robles y el verde de los prados y eras.

Los Caminos del Quijote de Cervantes de Samabria marcados por el catedrático Leandro Rodríguez, pasan por la vereda de la casa