Artibai es una vivienda a la que se accede desde un edificio con ascensor que provee al visitante de una espaciosa casa con capacidad para 4 personas distribuidas en dos habitaciones exteriores. Una, con cama nido de tres camas de 0,90m, una encima de la otra, con salida directa a un espacioso balcón con vistas al pueblo y que cuenta con un escritorio y una pequeña televisión. La otra habitación, también exterior y con televisión, tiene una cama de matrimonio de 1,50 con espejos y un espacioso armario para guardar la ropa. Es una vivienda que cuenta con la comodidad que ofrece tener dos baños: un aseo y un baño con ducha, y una cocina totalmente equipada con todo tipo de electrodomésticos para disfrutar cocinando para quienes tienen maña en esto de las artes culinarias. En definitiva, una espaciosa vivienda para disfrutar de unas merecidas vacaciones

Disfruta de una vivienda ubicada junto a la histórica fábrica de conservas ORTIZ, con magníficas vistas a todo el pueblo y al magnífico puente de piedra por donde discurre el río Artibai cercano a fusionarse con el mar cantábrico, que provee a la localidad de los mejores pescados que llegan al importante puerto que posee la localidad. Una tradición marinera que dota a los locales de un carácter especial, que junto a su peculiar sonoridad al hablar el vasco y lo mucho que aman la calle, convierten a Ondarroa en una singular y animada localidad que merece ser visitada. Ondarroa huele a salitre, a mar, a sus exquisitos pescados a la parrilla, a aromas marineros que se fusionan con el tacto de las finas arenas de unas playas que desprenden historias de amor, como el de Satur y Aran, que dejaron petrificados su amor en dos singulares rocas que dan nombre a una de las playas más bonitas de Euskadi; Saturraran. Sin duda, un lugar ideal para disfrutar de la localidad costera, pero también para establecer una base para recorrer toda la costa, con las espectaculares vistas de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, el misticismo de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, o de zonas de interior con mucha historia, como Gernika, con su museo de la paz, el recuerdo del bombardeo inmortalizado en el famoso cuadro de Picasso, o la casa de juntas con el árbol de Gernika, auténtico símbolo de las libertades vascas. O acercarse a conocer las capitales vascas que se encuentran a menos de una hora en coche.