Casa de piedra cuidadosamente restaurada en pleno corazón de la Costa da Morte. Esta histórica casa centenaria ha sido rehabilitada con esmero y cariño para ofrecer historia en piedra viva en un lugar de encanto.

Luego de haber tenido la oportunidad de vivir en varios países y continentes y deseoso de volver a sus orígenes, nada mejor que buscar en las propias raíces y ofrecer a los visitantes un lugar donde puedan encontrar reposo y esparcimiento en plena naturaleza, rodeados de mar y tierra.

Ameixenda es una pequeña localidad costera, flanqueada al frente por la ensenada de Cee-Corcubión, pudiendo divisarse el cabo Finisterre tras la ría; el flanco trasero se encuentra a las laderas del monte de Banle, donde todavía galopan caballos salvajes. Con unas vistas paradisíacas y unas puestas de sol espectaculares, playas con encanto y todavía casi vírgenes como la de Gures a dos minutos de la casa, y un entorno natural privilegiado, podemos caminar para relajarnos en plena naturaleza observando el riachuelo moviendo antiguos molinos de agua mientras los pájaros crean una maravillosa banda sonora de fondo. La localidad está íntimamente ligada a la historia Jacobea, siendo Santiago Apóstol el patrón de la parroquia. Según la leyenda, Santiago Apóstol entró a predicar en la península por Ameixenda y ahí libró su primera batalla a su entrada en Hispania. Se guarda aún hoy en la iglesia parroquial una reliquia del dedo meñique del Apóstol.