Historia y Encanto de las Casas Rurales "Las Carballas" Las Casas Rurales "Las Carballas" son más que un alojamiento: son un pedazo de historia, un hogar lleno de tradición y recuerdos entrañables. Su historia se remonta a mediados del siglo XIX, cuando mis tatarabuelos, Isabel y Santiago, comenzaron la construcción de la emblemática "Casa Isabel". En sus acogedoras estancias nacieron y crecieron varias generaciones de nuestra familia, transmitiendo valores de hospitalidad y calidez. Mi tatarabuela Isabel no solo cuidaba de su hogar y sus hijos, sino que también ayudaba a los vecinos como partera y sanadora, preparando remedios naturales con las plantas de su huerto. Estas casas siempre fueron un refugio para quienes llegaban a esta zona remota, brindándoles cobijo y haciéndolos sentir como en casa.

Un Lugar de Encuentro y Descanso La importancia de la finca en la época se refleja en que la Guardia Civil la utilizaba como punto de referencia en sus rondas nocturnas, y mi bisabuelo Higinio firmaba un registro de su paso. Mis tíos recuerdan cómo, cuando eran niños, despertaban al escuchar a los agentes llegar por la noche, y mis bisabuelos les ofrecían café y, en las noches más frías, incluso una cena. Otro episodio relevante ocurrió cuando un cartógrafo e ingeniero de montes llegó desde la península para estudiar el pinar de la zona. Durante tres meses del verano, se alojó en "Casa Isabel" y recorría la finca acompañado por mi bisabuelo y su hijo, mientras tomaba notas y realizaba dibujos en su cuaderno. Mi abuela, que hoy tiene 92 años, recuerda con fascinación cómo este visitante trajo consigo la primera lata de atún que ella vio en su vida. En los años 50 y 60, la casa se convirtió en residencia de misioneros que, con la ayuda del párroco local, realizaban su labor pastoral en la zona. Lo que comenzó como una estancia breve terminó prolongándose durante un año, gracias a la comodidad y hospitalidad del lugar. También sirvió de alojamiento para maestras que trabajaban en la escuela recién inaugurada del barrio. Algunas de ellas, marcadas por la calidez del hogar, aún mantienen contacto con nuestra familia y visitan la finca con cariño.

Un Refugio de Paz y Naturaleza Las diferentes generaciones que hemos crecido en este maravilloso y tranquilo lugar lo seguimos llamando "Las Casas de los Abuelos". Son sinónimo de recuerdos felices, de momentos entrañables que nos arrancan sonrisas y evocan la calidez del hogar. Queremos que nuestros huéspedes experimenten esa misma sensación de acogida y bienestar. Aquí podrás disfrutar de: - Desconexión total y contacto con la naturaleza - Vistas impresionantes de la isla - Senderos y rutas de trekking de la red del Cabildo - La increíble experiencia de estar sobre el mar de nubes - Noches estrelladas inolvidables Además, nuestra ubicación privilegiada te permite explorar algunos de los tesoros más emblemáticos de la isla: - A 15 minutos de la playa de San Marcos - A 15 minutos de la Cueva del Viento - A 10 minutos del Drago Milenario - A 15 minutos de un centro comercial - A 30 minutos del Puerto de la Cruz - A 1 hora de los museos de la isla - A 1 hora de las grandes playas Ven y descubre el encanto de "Las Carballas", donde el pasado y el presente se unen para ofrecerte una estancia única, llena de historia, calidez y belleza natural.