La Hacendera Entre Hoces, es un imponente alojamiento compuesto por dos edificios anexos, distribuidos en 3 plantas cada uno. Con una superficie de casi 200 metros cuadrados en cada planta, lo que hace que sea una casa amplia y espaciosa, ideal para grandes grupos. Está construida con piedra y madera, arquitectura tradicional castellana, que hace que los espacios sean especialmente bonitos y acogedores. En las plantas bajas se encuentran las zonas comunes. Un gran salón con sofás, un comedor con mesas grandes para todos y una amplia cocina, además de 2 aseos auxiliares. También hay una sala de juegos para los más pequeños que además cuenta con un futbolín. En las otras 2 plantas, se encuentran distribuidas las 10 habitaciones, todas con baños en suite, qué hace que sea comodísimo para todos. Todas las habitaciones gozan de una gran amplitud y luminosidad, además, de ser todas diferentes en cuanto a distribución y decoración. Hay habitaciones dobles (algunas con cama de matrimonio, otras con 2 camas individuales), habitaciones triples y una cuádruple. Con una capacidad total para 25 personas y además 3 camas supletorias para ponerlas dónde mejor cuadren. Desde las habitaciones, se pueden contemplar unas magníficas vistas del pueblo y del entorno natural que rodea al alojamiento. Por último, en el patio exterior, encontraremos la zona de barbacoa, con mesas y sillas para disfrutar juntos de una fantástica comida o un espectacular desayuno escuchando el cantar de los pajaritos. En la parte baja del patio, se encuentra una zona para niños y un espacio con sillones, tipo chill out para relajarse y conversar en medio de la tranquilidad del entorno rural.

Este enorme caserón se levantó a principios del siglo pasado, posiblemente en el año 1917, tal como consta en algunas piedras que hacen de dintel en las puertas del edificio que ocupa y otras que han aparecido en la restauración. Perteneciente a una familia de agricultores potentados de la época, con amplia descendencia y no menos abundante grupo de sirvientas y criados para la labranza y el manejo de los semovientes (ganadería), se fue dividiendo al ritmo de las generaciones, algo muy habitual en la Castilla de la época. En su época de esplendor podían vivir en el caserón más de 40 personas, además de dar cabida en las zonas bajas a las cuadras y otras dependencias para almacenaje de cereal, vinos, hortalizas y otros productos de la tierra, mientras que el sobrao (ahora buhardillas) daba cabida a la paja y la hierba para los animales y para la lumbre. Tras abandonar los últimos herederos el pueblo y permanecer la división en varias casas, fue sufriendo un profundo deterioro por partes, siendo la más afectada la que hoy ocupa este caserón, por la dejadez de los dueños. En los estertores del siglo XX fue adquirida por una familia de hosteleros del cercano Maderuelo con

Es el lugar ideal para descansar con la familia y con los amigos o poder disfrutar de un entorno sin igual, con una oferta amplia de ocio y cultura. Deportes de agua en un pantano cercano y en las hoces del Riaza y el Duratón; esquí en La Pinilla; senderismo y cicloturismo en las sierras que la rodean; “tirolina” y deporte para niños; joyas románicas en varias localidades; pueblos con encanto –Riaza, Sepúlveda, Pedraza, Ayllón, Maderuelo, Turégano, Aranda de Duero…-; Campo de Golf en Grajera; una de las mejores pistas de karts y mini-motos de Europa a 15 kilómetros; restaurantes con asados y platos típicos sin igual a un precio razonable; obradores de pan y pastelería de la zona para chuparse los dedos; artesanía y antigüedades; silencio para la reflexión o buenas gentes para conversar.