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Con capacidad para 4 personas, y rodeada por un pequeño y romántico bosque, esta encantadora casa de una sola planta en las afueras de Campanet es el refugio perfecto para quienes buscan paz y desconexión. El entorno exterior de la casa es sencillamente mágico. La piscina, excavada parcialmente en la roca, es uno de sus mayores encantos: un rincón natural que invita a relajarse. Con dimensiones de 6 x 5 metros y una profundidad máxima de 1,80 metros, ofrece un baño refrescante en plena naturaleza. Una amplia terraza amueblada permite disfrutar de comidas al aire libre o momentos de lectura bajo la sombra de los árboles. La propiedad cuenta con una barbacoa eléctrica —ya que el uso de fuego está prohibido en verano— . Además, al llegar, los huéspedes serán recibidos por Miquelet, un simpático asno que vive en los terrenos colindantes. Gracias a su ubicación aislada y rodeada de naturaleza, la privacidad es total, garantizando una estancia relajada en un entorno auténtico y encantador. El interior de la vivienda conserva el carácter acogedor de las casas rurales mallorquinas, con paredes de piedra, techos de vigas vistas y una decoración cálida y funcional. El salón dispone de TV satélite, además de calefacción de gasoil para los meses más fríos, lo que la hace perfecta también para estancias de invierno. La cocina con vitrocerámica está totalmente equipada y abierta a la sala comedor, mientras que los dos dormitorios —uno con cama de matrimonio y otro con dos camas individuales— cuentan con ventiladores de techo y calefacción. El baño dispone de ducha y todos los espacios están diseñados para ofrecer confort en un ambiente sencillo y natural. Finalmente, hay lavadora, plancha y tabla de planchar, así como cuna y trona si viajas con un bebé.

La playa de arena más cercana, Puerto de Pollença, está a unos 19 km de la casa. Es una playa de arena fina, que se inclina suavemente hacia el mar. Las montañas que la rodean ofrecen un bello contraste con el mar. En unos 20 minutos en coche se puede llegar a Pollença, que solía ser popular entre pintores y artistas. Esta influencia aún se puede sentir hoy en día y da a la ciudad un toque único. No olvide visitar el Puente Románico, así como la pequeña iglesia de la colina del "Calvari".