Casa con más de dos siglos de historia y recientemente restaurada en su totalidad respetando al máximo su estructura, así como los materiales de origen. La casa esta situada en una pequeña calle peatonal detrás de la iglesia del pueblo. Es una calle muy tranquila y tenemos muy cerca los principales comercios/bares del pueblo, así como su iglesia. Tenemos que tener en cuenta a la hora de alojarnos, que en los pueblos como es tradición suenan sus campanas noche y día. Hay algunos accesos, en particular en escaleras, donde por motivos estructurales hay que prestar cierta atención al cruzarlos (la altura). Aunque estamos en una calle peatonal, tenemos a escasos metro la posibilidad de aparcar nuestro coche. También podéis echarle un vistazo a nuestra otra casa "La Antigua" ubicada en Chelva.

Nos encanta el entorno rural y nos gusta ofrecer una atención cercana y personalizada, Tenemos algunos años de experiencia en este tipo de alquiler, como propietarios de otra casa rural -LA ANTIGUA- en Chelva, y la experiencia vivida ha sido tan gratificante, que nos planteamos una segunda. Llegamos aquí para echar un vistazo a la casa, y de lo primero que nos enamoramos fue del entorno; de la tranquilidad de este lugar y la belleza de sus parajes. La casa tenía mucho trabajo, pero mucha luz y muchas posibilidades. Comprometidos con el medio ambiente, intentamos ser lo más coherentes posible con nuestros principios y ofrecer un turismo de calidad, y en la medida de lo posible sostenible. Nos gustan las tradiciones y apoyamos la cultura local. Ofrecemos la posibilidad de adquirir productos locales, como la miel, almendras, las trufas (en temporada), o facilitar información turística de calidad. Nos gusta la lectura, el arte y la historia, y ofrecemos la posibilidad en nuestra casa de compartir nuestras aficiones e intereses con nuestros visitantes.

La casa se encuentra en el caso histórico del pueblo. Catalogado como BIC ( bien de interés cultural). Nuestra calle es peatonal y perfecta para que los niños jueguen sin peligro alguno. Son calles angostas pero con mucho encanto, donde sus casa blancas contratan con las flores y plantas que los vecinos tienen en las puertas de sus casas.