Ubicada en el pintoresco pueblo medieval de Pals, Casa Rufina es una encantadora casa de piedra que fue restaurada en 2002, conservando sus elementos auténticos como los arcos catalanes, los muros de piedra, una bodega y un pozo interior. En el siglo XV, la familia Pera fue propietaria de Casa Rufina, Mas Gelabert y el molino de Pals. Uno de sus miembros desempeñó el cargo de protonotario bajo el reinado de Fernando II. Se cree que Casa Rufina podría haber sido la escuela náutica mencionada en las crónicas de Palos de la Frontera, hipótesis respaldada por una carta de Domenico Malipiero. Una propiedad única y cargada de historia, cuidadosamente preservada por sus actuales propietarios, quienes han mantenido intactos su legado y su carácter excepcional.

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Pals es conocido como uno de los pueblos más encantadores que puedes visitar en la Costa Brava. Situado en la cima de una colina, se construyó alrededor de una fortaleza y ha conservado tan bien su aspecto medieval que visitar Pals es como viajar en el tiempo. Su casco histórico está muy bien cuidado, y las tradiciones locales y la gastronomía se han preservado hasta el día de hoy, lo que hace que una visita a este pueblo sea realmente especial. A lo largo del año se organizan diversos eventos gastronómicos y culturales, y los alrededores son simplemente impresionantes, con una playa virgen, dunas, humedales y campos de arroz, todos ellos parte de un parque natural.