La vivienda cuenta con dos luminosas habitaciones con cama de matrimonio, pensadas para el descanso absoluto, y dos baños completos —uno con ducha y otro con bañera— que aportan comodidad y funcionalidad a partes iguales. La cocina, totalmente equipada, invita a preparar desde desayunos tranquilos hasta cenas con productos locales tras un día de excursión. Lo que hace especial a Larraigana son sus generosos espacios interiores y exteriores. Sus balcones, con vistas al verde paisaje vasco, son el rincón perfecto para comenzar el día con un café o acabarlo con una copa de vino al atardecer. Cada rincón de la casa está pensado para favorecer la desconexión, ya sea leyendo un libro junto a la ventana o compartiendo una charla pausada al abrigo de sus paredes. Es una vivienda ubicada en un primer piso con ascensor que destaca por su estilo vibrante y lleno de personalidad. Sus paredes, en tonos cálidos y vivos como el amarillo intenso, aportan luz, energía y un toque mediterráneo a cada estancia, creando un ambiente alegre y acogedor desde el primer momento. El contraste con el mobiliario en madera oscura tipo caoba —elegante, sobrio y atemporal— aporta equilibrio y sofisticación, dando como resultado una combinación singular que une lo clásico con lo audaz. Cada detalle ha sido pensado para ofrecer un espacio con carácter propio, ideal para quienes buscan un hogar diferente, con estilo y mucha identidad. Perfecta para personas creativas o amantes de los ambientes cálidos y con historia, esta vivienda no deja indiferente. Una propuesta distinta, que invita a vivir con color, confort y estilo.

Descubre la tranquilidad más auténtica del País Vasco en Larraigana, una amplia vivienda turística diseñada para disfrutar del ritmo pausado de la vida rural sin renunciar al confort. Situada en Gizaburuaga, uno de los pueblos más encantadores y desconocidos de Bizkaia, esta casa para cuatro personas es el punto de partida ideal para explorar tanto la costa como el interior vasco. Enclavado en el corazón de la reserva natural de Urdaibai, Gizaburuaga es un remanso de paz donde el verde de los montes se funde con la historia viva del caserío vasco. Este pequeño pueblo vizcaíno, de encanto rural y alma auténtica, es perfecto para quienes buscan desconexión y naturaleza sin renunciar a la cultura. A solo unos minutos en coche de joyas como Lekeitio, Gernika o Ea, o Bilbao y San Sebastián que están a poco más de una hora, convierten a Larraigana en una base estratégica para recorrer las principales capitales vascas ofreciendo así la oportunidad única de explorar la costa vasca desde la tranquilidad de un lugar sin aglomeraciones. Además, en Gizaburuaga aparcar es fácil, incluso en verano, algo que se agradece enormemente frente al caos de otras localidades costeras. Sus senderos, iglesias centenarias y vistas a los valles son una invitación al sosiego. Aquí, cada amanecer es un lujo y cada paseo, una ventana a la tradición. ¿Te atreves a descubrir el otro lado de Euskadi?