Nuestra prioridad absoluta es la satisfacción y la seguridad de nuestros huéspedes, y por ello LAS HAYUCAS OFRECE GARANTÍAS ANTE LA PANDEMIA. Además, hemos encargado un estudio bioenergético cuyos resultados garantizan el descanso sano y seguro. Las Hayucas admite 18 huéspedes (16 plazas fijas y 2 camas supletorias), más bebés en cunas. Tiene 2 plantas, 6 habitaciones, 4 baños, cocina completa, chimenea, calefacción, terraza-solana... Es una de las pocas opciones en la zona para familias completas o varias familias amigas, compartiendo los gastos, a precios por persona muy ajustados. Totalmente reformada, respetando el ambiente rústico de las cabañas pasiegas, pero con todas las comodidades, incluyendo WIFI gratuita. Construida toda ella en piedra original, sus gruesos muros y su amplia chimenea hacen que sea cálida y acogedora, con una decoración sencilla y elegante. El tejado de lastra, típico de la región, permite que se integre en un paisaje único y protegido. La cocina es muy completa (incluye lavaplatos y horno), y en el exterior tiene una amplia barbacoa cubierta con mesas exteriores para 16-18 personas.

Siempre he estado vinculado a la protección del medio ambiente, tanto personal como profesionalmente (soy Ingeniero de Montes y trabajo en investigación del cambio climático y en adaptación al mismo). Tuve la suerte de disfrutar de una infancia pasando mucho tiempo en el Valle del Miera, y desde que tengo memoria he aprendido a quererlo, a valorarlo, a disfrutarlo y a intentar protegerlo. Cuando hemos tenido la oportunidad, mi familia y yo nos hemos esforzado para ofrecer a todo el mundo la posibilidad de disfrutar de ese lugar inigualable: "Cantabria, la tierra como era", como decía un eslogan de Cantabria, con gran acierto. Hemos invertido mucho esfuerzo (y recursos) en que la Casa ofrezca todas las comodidades y garantice el descanso seguro, y que a la vez sea lo más sostenible posible (fuertes aislamientos térmicos, máximo ahorro energético...). Siempre rogamos a nuestros visitantes que hagan un uso razonable de la energía, y que cuiden el maravilloso entorno natural. A la vez buscamos fomentar el turismo y el desarrollo económico de la zona, siempre de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Una pradera llana, cuidada y vallada de 1000 m2 permite dejar a los niños jugando de forma segura. Tiene barbacoa y mesas de exterior en un porche cubierto. Esta pradera está integrada en una parcela propia de la finca de 18.000 m2, que llega hasta el Río Miera, y está surcada por varios arroyos. Uno de estos arroyos tiene una estupenda poza natural para refrescarse en verano, a la que se accede desde la propia parcela. La finca tiene árboles y arbustos de especies autóctonas (fresnos, avellanos...), entre los que destaca un gran roble y dos hayas milenarias de más de un metro de diámetro, que dan nombre a la Casa. En temporada, se pueden recolectar deliciosas moras y avellanas silvestres. Frente a la Casa, visible desde las habitaciones, hay un bonito paredón vertical de roca, en el que anidan buitres leonados y rapaces, que suelen verse con frecuencia desde la Casa. Un carnicero y dos panaderos hacen ruta por la carretera que pasa junto a la Casa, y podrían llevarles excelente carne o pan a domicilio. Una barbacoa disfrutando de un cielo estrellado (la contaminación lumínica es casi nula), es una experiencia inolvidable, para grandes y pequeños.