Estrenar cada rincón de un hogar recién construido tiene algo de mágico: huele a nuevas historias por escribir. Nuestros apartamentos nacen con ese espíritu: espacios luminosos donde cada viajero se siente en casa. Estamos en un barrio práctico: a diez minutos del centro histórico, con supermercados, panaderías y comida para llevar a un paso, un centro comercial a 800 m y el puerto —ferry y helipuerto— a 1,5 km. Las calles peatonales facilitan moverse con niños o maletas, y los atardeceres sobre los tejados regalan la mejor postal. El edificio, de obra nueva, combina líneas modernas con materiales cálidos. Al cruzar la entrada autónoma —sin llaves ni esperas— te recibe la calma de un refugio pensado al detalle. Para familias o grupos, los apartamentos grandes ofrecen dos dormitorios (uno con cama doble, otro con dos individuales) y un salón con sofá cama, alojando hasta seis huéspedes sin sacrificar espacio. Quienes viajan en pareja o por trabajo encuentran en el apartamento pequeño un nido perfecto: dormitorio doble y sala con sofá cama. Todas las unidades comparten un estándar común: aire acondicionado silencioso, Wi‑Fi estable y calentador de agua de gran capacidad para que las duchas no tengan reloj. La cocina, completamente equipada —microondas, hervidor, cafetera, nevera, utensilios, abridor de corcho, platos y cubiertos— invita a desayunos sin prisa y cenas improvisadas con sabor local. Lavadora y patio para tender la ropa añaden el toque doméstico que aligera cada maleta. En el salón, el sofá cama abraza tardes de serie en la Smart TV o charlas sin prisa. Queremos que tu estancia sea una experiencia de barrio: comprar fruta en la esquina, escuchar las campanas del centro mientras chisporrotea el café, planear la jornada con la brisa marina de fondo. Aquí todo está diseñado para que entres como huésped y salgas sintiendo que has vivido —aunque solo sean unos días— en tu propio hogar mediterráneo.