Enamorada de esta preciosa isla, decidí que tenía que disfrutar mas temporadas de su belleza y gran clima. Las escapadas se me hacían cortas y sentí la necesidad de tener un pequeño hogar con grandes vistas y la playa abajo. Así que tras mucho buscar encontré lo que necesitaba...un apartamento en un resort cuya arquitectura recuerda a un pueblecito, con sus piscinas, áreas ajardinadas y unas vistas de ensueño, al mar y las islas de Fuerteventura y Lobos. El apartamento en su interior no era de mi gusto y tampoco potenciaba las vistas con que contaba, así que no dudé en ponerme en obras, tirar el todo el tabique que da al mar y hacerlo todo absolutamente nuevo, y que el mar se adueñara del apartamento. Desde la puerta de entrada tú podrás ver el mar. Otro tema remarcable es que desde el apartamento y su terraza vas a disfrutar de mucha intimidad, no tienes nada y nadie delante, solamente el mar y las islas. Es mi hogar, no es un apartamento comprado y amueblado para alquilar, contiene mis muebles, mis hobbys, mis plantas... pero en las épocas en que no lo puedo estar en la isla me ilusiona que lo puedan disfrutar otras personas y que les trasmita el bienestar que yo siento.