Este anuncio es nuevo, pero “Sunset Paradise” lleva más de cinco años encantando a huéspedes en Airbnb. Solo ha cambiado el anfitrión: ahora me presento, Alex, de la familia propietaria, para ofrecerte un trato directo y personal. Frente al mar, cada atardecer es un espectáculo inolvidable. Desde el ventanal contemplarás cómo la luz se funde con el océano, mientras la playa, accesible directamente, invita a desconectar. Elegante y luminoso, rodeado de excelentes restaurantes y comercios locales

¡Soy Alejandro, séptimo de nueve hermanos y diseñador de camisetas desde niño! Mi cuartel general está frente al Atlántico, donde surfeo, buceo y moldeo cerámica… todo mientras estreno mis camisetas que brillan en la oscuridad. Desde 2011 navego con Manuela, el amor de mi vida, soy padre y adoro a mis hijos. ¡Armonía ante todo, los conflictos que se queden en alta mar!

Las Canteras te atrapa desde el primer paso con su ritmo pausado y vibrante a la vez. Imagina comenzar el día con un paseo matinal junto al mar, sintiendo la brisa que acaricia tu rostro y escuchando el suave murmullo de las olas. A un tiro de piedra se alza el majestuoso Auditorio Alfredo Kraus, cuyas líneas modernas se recortan contra el horizonte. Allí, el sonido de conciertos y festivales envuelve el aire de notas que parecen flotar sobre el agua, regalándote una experiencia cultural única con el Atlántico como telón de fondo. Si te apetece cambiar de aires o hacer alguna compra, en apenas cinco minutos llegas al Centro Comercial Las Arenas. Sus escaparates llenos de moda, el supermercado bien surtido y una sala de cine con cartelera variada satisfacen cualquier plan. Pero si prefieres sumergirte en el corazón gastronómico del barrio, solo tienes que adentrarte en las callejuelas que rodean la playa: pequeños chiringuitos junto a la arena, donde el pescado se sirve recién pescado, se alternan con bares de tapas que ofrecen papas arrugadas con mojo, bocados de queso local y un buen vino atlántico. Más allá, cafeterías con encanto invitan a degustar un café por la tarde, y restaurantes de cocina internacional despliegan sabores que van desde la fusión asiática hasta la cocina de autor. No faltan tampoco los pequeños rincones prácticos: farmacias abiertas temprano para cualquier imprevisto, supermercados de barrio donde encuentras desde ingredientes locales hasta productos cotidianos, y gimnasios equipados con vistas al mar. Por la noche, las luces del paseo se confunden con los reflejos dorados del agua y una oferta de locales para todos los gustos: desde coctelerías con música en directo hasta pubs donde compartir risas y anécdotas. En este vecindario, cada calle te susurra una invitación distinta: pasear sin prisas, disfrutar de un bocadillo recién hecho, detenerte a escuchar un ensayo en el Auditorio o simplemente sentarte a contemplar la inmensidad azul que