Una majestuosa mansión en un pueblo costero, donde la hospitalidad clásica se fusiona con las comodidades contemporáneas… ¿qué podría ser más atractivo? Igualmente impresionante por dentro, las habitaciones, decoradas con gusto, crean un ambiente acogedor donde relajarse después de un día de actividades. Con las dunas de postal y la playa más extensa de Holanda Septentrional a la vuelta de la esquina, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de horas de senderismo y ciclismo. En Wijk aan Zee, la tranquilidad y la animación se fusionan sin esfuerzo; el pueblo ofrece una selección de bares y restaurantes, y en la playa se pueden encontrar clubes populares. Con Haarlem, Alkmaar y Ámsterdam a menos de 30 km, se puede disfrutar fácilmente de la animada vida urbana.

A las parejas les encanta la ubicación — Le han puesto un 9,5 para viajes de dos personas.

Las distancias en la descripción del alojamiento se calculan con OpenStreetMap©