Fundamos Recantos d’Almerinda en 2023, pero la historia empezó un poco antes, cuando la vida dio un giro inesperado a nuestra socia principal – la misma que te recibe cuando llegas. Al no poder continuar con su antigua profesión, la familia se unió para dar nueva vida a antiguas casas de piedra, llenas de historia, que habían quedado olvidadas en un pueblo casi deshabitado. Hoy somos cuatro socios, todos de la misma familia. Algunos están más presentes en el día a día, otros ayudaron a construir el proyecto y siguen apoyando desde atrás. Pero todos compartimos el mismo objetivo: recibir a nuestros huéspedes como nos gustaría que nos recibieran. También contamos con una colaboradora de confianza que se encarga de la limpieza y preparación de las casas, con el mismo cuidado y los mismos valores que nosotros. Gestionamos cuatro casas de piedra con historia. Ninguna fue construida desde cero – todas fueron restauradas con respeto por su pasado y adaptadas al confort actual. Incluso los nombres de las casas están ligados a su historia. Recibimos de forma familiar, explicamos todo con calma y siempre estamos cerca por si necesitas algo. ¿Qué puedes esperar de tu estancia? Casas cuidadosamente limpias, detalles pensados con mimo, autenticidad y alguien disponible para lo que necesites – ya sea una duda, un imprevisto o simplemente para hacerte sentir como en casa.

Casa da Broa está situada en un pueblo tranquilo, justo al pie de la Sierra de Sicó. Es una casa de piedra, con ese encanto rústico por fuera, pero llena de comodidad por dentro – pensada para que te sientas como en casa desde el primer momento. Tiene capacidad para hasta 6 personas y está equipada con todo lo necesario: cocina moderna, camas cómodas, patio privado con barbacoa y acceso directo a una piscina climatizada de agua salada con vistas a la sierra. La piscina se comparte con otras dos casas, pero es amplia y perfecta para relajarse en cualquier época del año. Esta casa también está adaptada para personas con movilidad reducida – un detalle importante que queremos que notes desde tu llegada: aquí, todo el mundo es bienvenido. Incluimos café, especias, toallas para la piscina, cuna si la necesitas, aparcamiento privado e incluso cargadores para coches eléctricos. Pequeños gestos que, para nosotros, forman parte de la experiencia. La zona es tranquila, ideal para desconectar. Muchos de nuestros huéspedes prefieren simplemente quedarse aquí y disfrutar de la paz y la calma. Somos un negocio familiar, y te recibimos con gusto, cuidando cada detalle. La mayoría de quienes nos visitan destacan la tranquilidad, la comodidad y lo bien que se sienten acogidos. Y eso es justo lo que queremos que te lleves de tu estancia.

Estamos en un pueblo muy pequeño donde el tiempo parece ir más despacio. Casi no hay movimiento, las calles son tranquilas y los pocos vecinos que verás siempre te saludan con una sonrisa. No hay tráfico ni prisas – solo calma, naturaleza y el canto de los pájaros. Las tiendas más cercanas están en la parroquia de Redinha, a solo 1 km, pero quien viene aquí lo hace para desconectar de verdad. La casa está al pie de la Sierra de Sicó, una cadena montañosa poco conocida pero llena de rincones especiales. Hay rutas de senderismo, columpios con vistas espectaculares, miradores que te dejan sin aliento, un manantial con una pequeña cascada natural, y hasta una capilla entre las rocas con vistas panorámicas. Y, por supuesto, las famosas Buracas do Casmilo – la mayor concentración de cuevas naturales del país – y el curioso "Monstruo de la Galleta", una formación rocosa con forma de cara. Si te apetece explorar más, tienes cerca la ciudad de Pombal con su castillo y su historia, el castillo de Soure, Coimbra, Conímbriga, Fátima, Portugal dos Pequenitos, Leiria y su castillo, e incluso la hermosa playa Osso da Baleia. Y no olvides el parque acuático panorámico en lo alto de la sierra. La gastronomía local es otro punto fuerte – especialmente en la zona de Pombal (a unos 10 km), donde hay restaurantes tradicionales con una calidad excelente, buen sabor y precios justos. Aquí se respira tranquilidad, seguridad y naturaleza. Las vistas son impresionantes, y todo invita a bajar el ritmo. Es el tipo de lugar donde desconectas… y ni siquiera echas de menos el ajetreo.