
De
EspañaLa ubicación es maravillosa: en mitad de un bosque, donde se respira tranquilidad y naturaleza.
Las cabañas, aunque son pequeñas, sorprenden por lo prácticas y bien equipadas que están. La nuestra tenía una terracita desde la que desayunamos disfrutando del paisaje.
Eso sí, conviene indicar que no hay agua potable (aunque sí hay agua corriente para lavar y ducharse) y que el inodoro es seco. A nosotros no nos molestó, pero entendemos que no es para todo el mundo y que para estancias más largas puede resultar incómodo.
Entregan el desayuno en la puerta de cada cabaña sobre las 7:00-8:00 de la mañana y cuenta con pan recién hecho.
A la entrada de la zona de cabañas hay una pizzería donde se puede cenar y tomar cócteles. Nos gustó mucho el ambiente que había y las pizzas estaban muy buenas.