Son extremadamente acogedores, los dueños, se ofrecieron a llevarnos y a recogernos de Taman Negara. Todo estaba limpio, la cena que ofrecen estaba buena. UNA MARAVILLA DE LUGAR, una pena haber estado solo una noche. Si volviese a Malasia... ¡volvería seguro! Además, hay muchos gatitos, eso me ganó del todo.
Habitaciones grandes y limpias. La piscina es un lujo para despues de las excursiones. Desayuno bueno para estar en la selva y mucho mejor en comparacion a los bares de la zona. Tienes billar.